Ale, un muchacho de diecisiete años que vive en los alrededores de La Plata, pierde su trabajo en un supermercado y comienza a ayudar al Rengo en sus recorridos en carro por la ciudad, levantando desechos. La amistad con el Rengo, quien cada tanto comete delitos callejeros, lo aleja de su madre y su amigo Gonza. La situación se complica cuando el hermano mayor del Rengo sale de la cárcel. En la ópera prima de Fiona Lena Brown y Germán Basso los barrios periféricos de La Plata son el marco de un relato que, si bien introduce leves elementos románticos y de thriller, pone el foco en las problemáticas económicas y vinculares de su protagonista. La pasión que Ale descubre por el trabajo de carrero, que lo lleva incluso arriesgar su vida, funciona como motor de la narración.
Nota
Carrero no tuvo la clásica receta del cine donde primero hay un guion, luego el rodaje y finalmente el montaje. Lo primero que hubo en Carrero fue un grupo de gente dispuesta a contar una historia que se iba armando sobre la marcha. Los cinco años que nos tomamos fueron indispensables para que cada una de las partes −dirección, actuación, equipo técnico− crezca en sus roles, al punto de lograr la calidad que el cine requiere, pero también para que se construya un clima de ideas, momentos y sentimientos que es la verdadera alma de la película.