Tengan cuidado ahí fuera
“Be careful out there” sonaba al comienzo de cada episodio de la serie televisiva ochentera Canción triste de Hill Street. Un coche de gran cilindrada se adentra por una autopista mientras un búnker se niega a desaparecer en el olvido. Los ecos repetitivos de tiempos pasados llegan desde un mañana incierto al mundo residual, previsible y automatizado de Cosme, donde uno de sus empleados entra en pánico y huye quemando ruedas en un raid destructivo, como si una bestia lo persiguiera (algo que parece repetirse cada cierto tiempo). Tengan cuidado ahí fuera es una especie de cinta VHS que alguien se podría encontrar en un futuro no muy lejano ya partir de la cual se enterara de cómo éramos.
Nota
El tema que maneja es la alienación del sujeto moderno, el excesivo entronamiento de la subjetividad que arrastramos desde la Modernidad, y la paradoja de que la destrucción nihilista, de uno mismo y de otro, nace de una excesiva voluntad de buscar sentido. En un sentido amplio, es una forma de ensayar el ancestral tema del Mal en un entorno concreto, la Provincia de Navarra al Norte de España, lo cual ha condicionado el resultado final y está contextualizado en un pasado hipotético que se proyecta desde un futuro posible.