Un artista callejero trabaja en un parque de diversiones como Stump the Guesser, y se presenta como alguien que puede adivinar cualquier cosa a cambio de algo de dinero. Un día, sus trucos dejan de funcionar repentinamente y como si fuera poco, se enamora de su hermana, a quien creía perdida. Desesperado, se embarca en una disparatada búsqueda para refutar científicamente la teoría de la herencia y casarse con su amada tan pronto como sea posible. Una película muda en blanco y negro, con la impronta de Guy Maddin y los Johnson, que estalla ante nuestros ojos como un absurdo fuego artificial.
Nota
Fuimos invitados por una orquesta en Colonia (Alemania) The Ensemble Musikfabrik, a realizar un cortometraje al que pudieran dedicar una partitura original. Querían rendir un homenaje al precursor del absurdo literario, el soviético Daniil Kharms. Leímos todo lo que teníamos disponible sobre Kharms y quedamos tan impresionados como entristecidos, por la trágica vida que tuvo. Murió durante el Sitio de Leningrado, hambreado por los alemanes, perseguido y encarcelado por los soviéticos. Es una acumulación tan grande de enormidad y tristeza, casi tan absurda como su propia e increíble escritura.