Un joven soldado trabaja para la inteligencia militar israelí. Como parte de sus tareas, comienza a espiar a una pareja gay palestina. A través de sus auriculares escucha las conversaciones de una complicada relación que le resulta fascinante y a su vez, lo confronta cada vez más con su propia identidad sexual. Sus sentimientos entran en conflicto con sus deberes como soldado, y comienza a cuestionar todo. Porque aquí también lo privado es político, y lo más íntimo puede llevar al desastre.
Nota
La idea surgió al encontrarme con la carta de un soldado que no quería pertenecer más a una unidad de inteligencia, por todos los crímenes contra los palestinos de los que había sido testigo, y el uso de información personal para tomar decisiones referidas a la seguridad. Cuando hablé sobre esto con un amigo palestino gay, me dijo que siempre existe la posibilidad de que alguien lo esté escuchando, siguiendo, o sabiendo lo que hace. Entonces, me encontré asistiendo a este conflicto desde ambos lugares: como israelí habiendo servido en el ejército, y como gay, siendo parte de la comunidad LGBT.