Khalik Allah ofrece una perspectiva espiritual y radical en una película amorfa, que escapa de toda norma establecida y se inscribe en la tradición del retrato polifónico a modo de álbum musical. Filmada a lo largo de varios intensos meses en Harlem, Nueva York, Bruselas y Haarlem, Países Bajos. El director vuelve la mirada a Frenchie, un haitiano esquizofrénico de 60 años sin hogar, paralelamente dirige la cámara hacia sí mismo para documentar su relación de pareja y lidiar con las nociones de espiritualidad y mortalidad. Recoge el consejo de carismáticos confidentes, incluyendo a Fab 5 Freddy, miembros del Wu-Tang Clan, e intercambios profundamente conmovedores con su propia madre.
Nota
Mi objetivo no ha cambiado, siempre ha sido ser realista conmigo mismo; mantenerme fiel a mi visión y tener el valor de expresarla cinematográficamente. IWOW es una especie de poema documental en primera persona; una declaración de mi integridad artística y mi intransigente dedicación a las calles.