Quince jóvenes bailarines provenientes de diversos orígenes se encuentran de gira con la obra Crowd, la épica pieza de danza de Gisèle Vienne, que explora la escena rave de los años 90. A través de movimientos suspendidos, repetitivos, encuentros físicos y emocionales que se alternan con charlas detrás de escena entre los bailarines, los personajes de la coreografía se convierten en los de la película. Hay un joven trans, un nazi que desea a un chico gay, una joven atraída por personas atormentadas y una mujer que exuda sexualidad. La realidad y la ficción comienzan a mezclarse con música electrónica de fondo y cuerpos enajenados que se mueven en ralentí iluminados con luces de neón.
Nota
Gisèle y yo pasamos mucho tiempo en clubes y raves, simplemente bailando. No se baila por el futuro o el pasado, siempre se baila para atrapar el presente. Aunque son diferentes, existen varias conexiones entre sus obras y mis películas. Me enseñó mucho su manera de hacer que el sentido emerja cuando los cuerpos se rinden, y cómo eso permite que aparezca lo inesperado. En las películas dirigimos actores pero también ellos nos dirigen a nosotros ¿Lo que sucede arriba del escenario está contaminando la vida cotidiana, o es al revés? Nuestras emociones siempre transforman la propia percepción.