Un ritual travesti de las artistas Analú Laferal & Tiagx Vélez, abre un portal que provoca el encuentro con un misionero europeo del siglo XV, que se ha adentrado en la selva con el fin de combatir la creencia en la divinidad de los animales. Un sueño transmaterial, abrigado por las penumbras del horror cósmico.
Nota
El tercer mundo después del sol es un ritual de tránsito material más allá del género invocado en la frontera entre la selva espesa y el océano bravío. El cortometraje construye el trance meditativo de varias subjetividades que inquietas en su búsqueda de la animalidad —y la superación de la misma— se hallan enlazadas por la oscuridad en medio del mareo ceremonial propio. En la película, un misionero del siglo XV y un grupo de performers se encuentran a través de la selva y la oscuridad del ano para relatarnos diferentes estados de posesión, de desidentificación voluntaria. Este cortometraje es un conjuro hilado desde un juego de miradas íntimas entre el cine experimental, la performance y el posporno. Una polifonía testimonial que pretende relatar un estado místico y provocar la inmersión al mismo a través de su desarrollo. Una invitación seductora para contemplar la oscuridad y una meditación de suspenso hacia la nada misma.
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