Caminamos rumbo hacia lo más alto que nos permiten las piernas y el pensamiento. Aquí, donde el oxígeno se diluye a cada paso, nuestros alientos se entreveran con la música y se pierden entre las explosiones, los gritos y las montañas infinitas. El viento carga con todo el peso vivo sobre sus hombros y canta en el idioma de las elegidas y los elegidos. Allí nos esperan los vestigios del choque entre dos mundos. ¿Nos volveremos a encontrar?
Nota
Mi trabajo explora temas relacionados con el legado, la violencia y la ritualidad. Me motiva mucho la capacidad que tienen las imágenes para acercarnos a otros mundos, que se encuentren en la frontera de lo humano y lo sobrenatural, además de su poder para convertir lugares identificables en momentos sobrenaturales y atemporales. Las imágenes son poderosas y nuestros antepasados lo entendieron hace mucho tiempo.