Un ruego sin respuesta

Por Nuria Silva
#18FF · 2022
Leonardo Favio·Argentina·1966·64'·35mm

A la película nacional con el título más largo (y hermoso) le corresponde una puesta en escena dentro de la cual las palabras son pocas o se despliegan como elipsis entre los cuerpos. Al amor y a la pasión les corresponden las miradas, las sonrisas, las caricias, algún baile. Las palabras acarician a la distancia o golpean mintiendo de frente. Algunos silencios y algunas melodías no pueden contra la ferocidad del inserto de las voces: “Si vieras cómo te extraño”; “Estoy muy triste sin vos”; “Che, negrita, no me vas a hacer mal…”.

Aniceto (Federico Luppi) y Francisca (Elsa Daniel) se desean a fuerza de miradas y se enamoran bajo los cuidados y las esperas. Una humilde piecita pueblerina es suficiente para vivir juntos con el blanquito, el gallo de riña del Aniceto. Pero el diablo y la lechiguana hacen de las suyas y así conocen la gloria, la condena y el triste olvido en apenas tres capítulos, gracias a los ojos negros de Lucía (María Vaner), que hace arder toda inocencia. Cuando llega la tristeza, las palabras ya no alcanzan: Aniceto olvida de día y Francisa se lamenta en la noche.

A esta historia de amor y desengaño, tristeza y soledad, hay que pensarla desde la inmensa sensibilidad cinematográfica y humana de Favio, que ha filmado como pocos o como nadie la ternura de personajes impensados y relegados de nuestro imaginario cultural, con sus tiempos, luces y oscuridades. Si la apuesta visual de Este es el romance del Aniceto y la Francisca, de cómo quedó trunco, comenzó la tristeza y unas pocas cosas más… resulta moderna no es en virtud de un rupturismo distante sino del desorden de las pasiones y necesidades humanas que desarticulan cualquier coordenada. Entre las elipsis, los saltos de montaje, las miradas encendidas y las palabras entristecidas, Aniceto se va perdiendo hasta perder su nombre en un ruego sin respuesta.

BIO
Nuria Silva
Nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 1981. Es crítica de cine y editora. Colaboró como redactora para Hacerse la Crítica, A Sala Llena, Revista Kunst, Revista Ruda, Agencia Paco Urondo e Imaginaciones Fílmicas (Barcelona). En 2019 publicó su primer libro titulado En mi piel: esquizoanálisis cinéfilo (Ed. Milena Caserola), que reúne 31 ensayos y análisis sobre diversas películas. En 2022 publicó Varderas: Charlas sobre el cine de Agnes Varda, a través de su propia editorial, Casa 3 Ediciones. Actualmente colabora con textos para Taipei y Calanda Crítica, y se encuentra trabajando en el relanzamiento de Casa 3 con un perfil más fanzinero.
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