Considerado uno de los grandes cineastas de la historia, trabajó como periodista, escritor y dibujante. Su primera experiencia profesional en el cine tuvo lugar en 1945, cuando colaboró con Roberto Rossellini en la realización del guion de Roma, ciudad abierta. Sin embargo, no fue hasta su tercer largometraje en solitario que comenzó a ser ampliamente reconocido: Los inútiles (1953), vinculado al neorrealismo, y posteriormente La Strada (1954) y Las noches de Cabiria (1956), galardonados con sendos Oscars, lo lanzaron al éxito internacional, mientras que el éxito comercial de la icónica La dolce vita (1960) le permitiría acercarse a terrenos, a veces autobiográficos, cercanos a las corrientes surrealistas. Fellini recibió el Oscar a Mejor Película Extranjera, gracias a La Strada, Las noches de Cabiria, Ocho y medio y Amarcord.