Estaban en todas partes, aunque trataban de ser invisibles. Filmando a escondidas en restaurantes, en las calles, en los negocios. Registraban el envasado ilegal del combustible regulado, amantes encontrándose en un hotel. Pinchaban el teléfono de un hombre que vivía en el extranjero. Interrogaban, chantajeaban, quebraban a detenidos para persuadirlos a cooperar.
Con material de archivo encontrado y videos grabados por oficiales de los servicios secretos comunistas de Polonia desde los ‘60 hasta los ‘80, An Ordinary Country es un viaje a través del tiempo a una era donde lo que es aterrador e inusual era familiar y común. ¿Un viaje a través del tiempo o un reflejo de la realidad actual?