Una canción vespertina (para tres voces)
Tres personajes es todo lo que necesita Graham Swon para construir una miniatura romántica flou y antinaturalista, que dialoga con el pasado y el presente sin parecerse a nada. El vínculo entre una pareja de escritores —ella, poeta y narradora refinada; él, autor de morbosos relatos de terror— y su empleada doméstica es el pie para una historia de desigualdad social, desapariciones, monstruos y tensión erótica. Al igual que su film anterior, The World Is Full of Secrets, una exploración de las potencialidades del horror, An Evening Song (for Three Voices) responde a aquello que Swon afirmaba en un texto escrito para la revista Senses of Cinema: “Pasamos nuestros días buscando lo invisible”.