En el corazón de Transilvania, un padre tenaz, su discreto hijo y una piedra caliza. La delicada alma escondida en la personalidad del hijo es desconocida para su padre, generando una incompatibilidad entre sus contrastantes personalidades y cómo se perciben. Pero el corazón del padre se abre por una sensación repentina, una impresión que transforma su personalidad. Tal como ocurre con la piedra caliza, los numerosos factores exteriores dejan en el alma humana una marca que permanece para siempre.