El exquisito drama humanista de Ataman-Checa congela en el tiempo la simple vida de su joven protagonista, dividiéndola en tres instantes fugaces de su existencia. El niño Sebastian crece en Hannover, criado sólo por su madre, y aprende a ser autosuficiente. De adolescente se enamora de Betty, pero con sus problemas de adaptación surgen las tensiones y el desamor. Años más tarde, en su juventud, reflexiona sobre qué queda de los sueños de la infancia cuando uno se convierte en adulto.
Con huellas del cine de Angela Schanelec, Sebastian Jumping Fences es un lúcido drama en tres actos sobre el proceso de creación de la identidad de una persona en su viaje para encontrarse a sí mismo.