Un hombre pronuncia un discurso político. Mientras sigue hablando, se revela su verdadera identidad: un vagabundo que vive en el metro de París. Atormentado por los fantasmas de su pasado, antiguo líder de un partido conquistador, su campo de acción se circunscribe ahora al mundo subterráneo, un lugar donde recoge un puñado de monedas cada día. Mohammad Hijazi nos sitúa a una distancia sensible y atenta hacia los marginados, los sin techo, los olvidados.