Queralt, una pintora de Barcelona, intenta hablar por teléfono con su hija Gemma. Gemma comienza una nueva vida en Atenas, en un estudio donde pinta y vive.
Este trabajo sereno y melancólico, nos introduce fantasmalmente en la intimidad de dos mujeres, madre e hija, separadas por miles de kilómetros de distancia, y nos permite imaginar el vínculo emocional, acaso inestable y rasgado por rencores o desilusiones, que las mantiene unidas en la lejanía. Con pinturas de Roser Agell y Paulina Muxart, en Ella i jo discurren corrientes poderosas de silencioso afecto que parecen asomar subrepticiamente en el arte como correspondencia y acercamiento.