Los edificios no deberían moverse. Pero en la Avenida Libertador de la ciudad de Buenos Aires, el último piso de un edificio se mueve y el techo tiembla, provocando una extraña fuga de agua en las bases del edificio, que devora las paredes y pareciera ahogar a sus habitantes. Los que viven en los pisos más altos, tienen miedo de caerse y los que viven en los pisos bajos, tienen miedo de hundirse. Konstantina Kotzamani construye una historia impregnada de la magia de los cuentos de hadas, en este caso, como una versión libre y encantadora del ballet El lago de los cisnes.