Un intento de duelo por el futuro -personal y político- que nunca llega, organizado en torno a una interpretación internacional del fantasma como símbolo. Vemos figuras despersonalizadas, ruinas urbanas, incendios que se consumen e imágenes microscópicas de materia corporal en descomposición, al compás de un poema que oscila entre el español y el holandés.
Después de participar del 14° FestiFreak con su corto Radio Voorwaarts, llegan al festival dos nuevos y potentes trabajos de Mateo Vega, Hay un fantasma mío e Incendios, que forma parte de la Selección internacional de Cortometrajes.